En efecto, hay que aceptar la herencia. Una persona no asume, por el mero hecho de haber sido nombrado en testamento, ni por ser pariente (cuando no hay testamento), la condición de heredero. Se exige en ambos casos, haya o no testamento, una declaración de voluntad al efecto. Es decir, aceptar o renunciar la herencia.
Si se acepta la herencia hay dos maneras de llevar a cabo la aceptación.
- De forma expresa, debiendo quedar plasmado en un documento, sea público o documento privado, si bien es aconsejable hacerlo mediante documento público, ante Notario, con el fin de evitar problemas y dudas acerca de la autenticidad del documento.
- Y de forma tácita, no siendo necesario que se plasme en ningún documento, sino que es el heredero quien por sus propios actos se suponen la voluntad de aceptar la herencia. Si por ejemplo vende, cede o dona su derecho a un tercero.
En el caso de que se decida renunciar a la herencia (bien porque existen muchas deudas o por cualesquiera otras razones), esta renuncia deberá realizarse de forme expresa, a diferencia de la aceptación, que podría realizarse de forma tácita.
ARRIMADAS ABOGADOS / ABOGADOS EN LOGROÑO